Esta pregunta es importantísima, muy pocos saben lo que quieren, algunos lo saben desde muy chicos, reconoces a esta persona porque irradia presencia y amor. Claro, puede tener de esos días, pero son los menos, se puede sentir algo en esta gente, son calmos y generosos, sobre todo con sus conocimientos y lo que esté a su alcance para ayudar.
La primera vez que conocí a alguien así fue cuando trabajaba de vendedor, uno de mis clientes, Don Roque, el cual se divierte mucho con su trabajo, me encantaba escucharlo, contaba muchas historias ya que su trabajo lo llevaba a meterse en muchos líos, a el le gustaba.
Uno hace cambios en situaciones extremas, límites, mientras experimentas comodidad, no haces cambios, si todo va medianamente bien ¿para que?, ¿no?Bueno, este tipo, cuando yo pasaba por una de esas situaciones límites, me pregunto en más de una vez: ¿Que Queres?En mi trabajo de ese momento las cosas ya no andaban bien, producto de muchas razones que no vienen al caso comentar, pero la cosa es que ya no daba para más, desde hace rato, al llegar a ese punto le comente a Don Roque mis situación, le conté de una idea que tenia y me dijo: ¿y vos que queres hacer?, mi repuesta fue obvia en ese momento: -¡No sé, no puedo sacarme la bronca y el bajón por lo que me pasó!.
En el fondo sabemos que las cosas están mal, pero como estamos cómodos seguimos, ¿no es así?
El desequilibrio entre el trabajo, la familia, las metas personales, sobre todo con un mal enfoque, creyendo saber lo que queremos, termina mal, quizás tengas éxito en lo laboral, pero se resiente tu familia, recuperas a tu familia pero el trabajo se va por los caños, me sentía como agarrado de dos puntas que estiraban para lados opuestos, me estaba desgarrando por dentro.
Don Roque dijo:
– Me gusta tu idea, ¿cuando empezas?
– No sé, no tengo un mango ahorrado, no tengo PC y voy a los Cybers para ir avanzando en la idea.
– Ah!, entiendo, a ver….
En ese momento llamó a su técnico para que habilitara Internet en una oficina chiquita que tenía en la planta baja y me dio las llaves del estudio para hacerle una copia.
– Definí lo que queres, ya tenes un lugar para trabajar.
Y me fui a casa, muy feliz, pero sin saber por donde empezar.
En mi cabeza repicaba:
¿Qué vas a hacer? ¿Qué queres hacer?
No fue fácil, paso un tiempo en mis idas y venidas al trabajo, la oficina 4, como la llamaba mi hijo cuando íbamos el fin de semana, hasta que pude darme cuenta de mi desequilibrio, mejor dicho, de aceptarlo y todo lo malo que había generado.
Un día Don Roque…:-
-¿y? ¿como vas?
- ¡Bien!, tratando de hacer una página Web.
- ¡Escuchame!, ¿Qué queres? ¿hacer páginas Web o hacer una empresa?
Otra vez el ¿Qué queres?
Tuve que definir que quería para mi vida, por lo menos en ese momento, formar una visión clara de todo lo que quería hacer, dejar mi trabajo, recuperar a mi familia y tener una empresa.
Ese fue el inicio del cambio, saber lo que quería en ese momento e ir a buscarlo.
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